¿QUIENES TRIUNFARÁN Y QUIENES SE QUEDARÁN ATRÁS DESPUÉS DEL COVID-19?
¡¡De repente todo cambió!! Hubo un giro inesperado y doloroso en la vida que teníamos y de la cual muchos nos quejábamos. De repente también, nos dimos cuenta que realmente esa vida ¡Era buena! Aquí calza bien el dicho aquel: “Nunca sabremos lo que tenemos hasta que lo perdemos” Perdimos la libertad, perdimos la oportunidad de saludarnos efusivamente con un buen apretón de manos, un beso en la mejilla o un fuerte abrazo, de celebrar juntos un cumpleaños, un logro o sencillamente reunirnos para platicar y estrechar lazos familiares o de amistad. Ahora que lo hemos perdido ¡¡Lo valoramos!!. Muchos quizá se arrepentirán de no haberlo hecho con frecuencia, ojalá reflexionemos sobre esto y enmendemos cuando todo esto pase. Dios sabe porque lo ha hecho, creo que nos está dando una gran oportunidad de replantear nuestras vidas.
El impacto familiar ha sido grande. Es doloroso ver cómo muchas personas han perdido la vida y ver como a los familiares no se les ha hecho posible ni siquiera darles el último adiós. Le sucedió ya a un gran amigo mío que perdió su madre por este problema.
En lo empresarial también ha tenido un impacto muy grande y doloroso. Ni en nuestros peores sueños nos imaginamos, mis hermanos y yo, tener que cerrar por completo nuestras empresas y mandar a casa cerca de 1,300 colaboradores. Lo pensamos y repensamos unos días antes que fuera obligatorio, nos desvelamos, lloramos, oramos y finalmente concluimos que la salud de nuestros colaboradores y clientes, era más importante. Dos días después vino el decreto obligando a todos a cerrar.
Ahora todos nos enfrentamos a problemas económicos serios, familias prácticamente quebradas y con pocas posibilidades de ingreso, empresas que quizá nunca más vuelvan a abrir sus puertas, al menos por un buen tiempo. Un país económicamente quebrado por la falta de ingresos. Como todos sabrán, la mayor fuente de ingreso de los gobiernos son los impuestos que pagan los ciudadanos, pero no hay nadie pagándolos porque no hay ingresos, las empresas están cerradas casi todas. La inversión social será prácticamente nula y en cuanto a la infraestructura, el gobierno ya anunció que quedan congeladas todas las obras.
¿Qué haremos entonces? ¿Qué haremos cuando todo esto pase? ¿Cuando la pandemia esté totalmente controlada y regresemos a nuestras actividades normales pero que ya no serán las mismas como las dejamos?
Tenemos que reinventarnos en el menor tiempo posible, diseñar estrategias de recuperación, replantear la estructura de la empresa, y buscar formas de ser más eficientes entre muchas otras cosas más…. Pero lo más importante de todo será:
“La Inteligencia Emocional y la Resiliencia de cada quién”.
Entonces, ¿quienes triunfarán y quienes fracasarán?
Triunfarán aquellos con una mayor dosis de Inteligencia Emocional y un alto grado de Resiliencia. Los demás estarán más cerca de fracasar que de triunfar.
A mi juicio, estos dos factores jugarán un papel muy importantes después de la pandemia porque determinarán a los ganadores y los perdedores. No será el tamaño de la empresa ni cuánto tiempo tenga en el negocio o si tiene o no la mejor maquinaria del mundo… Lo que determinará su existencia empresarial o profesional ¡¡Será su grado de Inteligencia Emocional y Resiliencia!!
Pero, ¿Qué es la Inteligencia Emocional y la Resiliencia? En palabras sencillas :
Inteligencia Emocional es la capacidad de:
Reconocer, entender y manejar nuestras propias emociones
Reconocer, entender e influir en las emociones de los demás
Tenemos que saber manejar muy bien nuestras emociones en este tiempo. Un buen líder nunca demuestra flaqueza ni temor, al contrario, es empático y transmite vibras positivas a todos los suyos. Ahora es cuando los líderes recogerán la cosecha de todo aquello que sembraron por años. El que sembró temor, el que fue despiadado, aprovechado, altanero y petulante, posiblemente ni siquiera recoja nada porque su gente ya no estará ahí para ayudarlo a levantarse.
Por el contrario, aquel que sembró una buena semilla y que siempre vió a sus colaboradores como amigos o socios, que siempre estuvo dispuesto a ayudarlos incondicional y desinteresadamente, ese volverá a levantarse sin ningún problema porque su cosecha será grande.
Generalmente decimos que si una persona tiene un Coeficiente Intelectual (IQ) alto, es un buen indicador para saber si esa persona será exitosa o no en la vida. Esto puede ser cierto y no. Los investigadores han descubierto que las capacidades y habilidades necesarias para el éxito en la vida, no necesariamente radica en un IQ alto o medio, sino en la Inteligencia Emocional (IE).
Las personas que cuentan con mayor Inteligencia Emocional tienen mayores posibilidades de triunfar en la vida y de sentirse más satisfechas y mostrarse más eficaces en casi todo. Por lo general, estas personas nunca le tienen temor al fracaso y siempre andan en modo “positivo”
Alcanzar el éxito en la empresa requiere del manejo de sus propias emociones y las de los demás, requiere tener Inteligencia Emocional y saber utilizarla a favor de mejores resultados. Los buenos líderes nunca pierden el control, se enfrentan a sus retos dejando a un lado sus problemas personales y confían plenamente en sí mismos. Escuchan a los suyos, son comunicativos y se informan antes de tomar decisiones.
¡¡Sea una persona Resiliente!! No permita que esta pandemia lo doblegue o lo obligue a pensar en el fracaso. Les comparto una pequeña y rápida historia de Nelson Mandela, un hombre con un altísimo grado de Resiliencia.
Nelson Mandela, superó la discriminación y 27 años de cárcel
“Nelson Mandela es un gran ejemplo de una persona Resiliente, encarcelado durante 27 años por sus ideas y acciones contrarias al apartheid imperante en Sudáfrica.
Mandela tuvo la suficiente fortaleza interior y entereza para no rendirse durante su larguísimo cautiverio, y salir con fuerzas para promover el cambio que buscaba 27 años atrás.
Mandela consiguió acabar con la discriminación étnica y se convirtió en presidente de su país a los 76 años”
En esta crisis tenemos dos opciones:
Nos podemos pasar lamentando todos los días, echándole la culpa al gobierno, a China, los diputados, en fin, a quien usted quiera para justificar su frustración, enojo o fracaso.
Podemos pensar en transformarnos, innovar, crecer, crear nuevos negocios, re-esructurarnos, etc.
Finalmente les quiero decir sin tapujos lo siguiente:
No permita estar en el lado negativo de las estadísticas, es decir, de aquellos que tiraron la toalla, que no resistieron y murieron en todo aspecto. Hagámosle “huevos” y levantémonos las veces que sean necesarias… ¡Nadie debe de quedarse de brazos cruzados!
Recuerde:
Ahora empezará de nuevo no como la primera vez que no sabía nada del negocio en el que se había metido, que todo lo trataba de adivinar o lo hacía por intuición. Ahora empezará con conocimiento, sabiendo cómo se hace dinero, cómo se maneja una empresa, cómo se lidia con los fracasos o adversidades y con un excelente equipo de colaboradores.
En vez de quejarnos y lamentarnos, aprendamos las enseñanzas de todo esto, veamos hacia adelante con mentalidad positiva, solo así estaremos preparados para iniciar con un paso adelante de todos. Y el que pega primero... ¡¡Gana!!
No critique, no señale, no ofenda, no discrimine ni haga cosas indebidas. Lo mejor que puede hacer es proponer alternativas de solución, apoyar y ayudar a quien pueda o esté a su alcance.
Ojalá el gobierno lance algún programa de ayuda no solo para la micro o pequeña empresa, sino para todos los emprendedores y empresarios en general, que al igual que todos, pagan impuestos
Por último,
Para nuestros colaboradores, doctores, profesionales de la salud, y demás heroes que mantienen a nuestro país a flote durante tiempos tan difíciles: ¡¡Muchas Gracias!!
¡Bendiciones a todos!
Y por de pronto... #QuedemonosEnCasa