¿ES POSIBLE EMPRENDER CON $4 Y ALCANZAR EL ÉXITO?
¿Sabia usted que la mayoría de negocios grandes empezaron con capitales sumamente bajos? El capital inicial es una de las interrogantes más grandes de los emprendedores y desgraciadamente después se vuelve un obstáculo porque muchos creen que se necesita un gran capital para emprender… ¡Y no es así!
Abrir su propio negocio no es nada fácil, es una decisión muy importante que conlleva muchos riesgos y una serie de grandes sacrificios; desde la familia, los amigos, la vida social y hasta su salud muchas veces. Sin embargo, abrir su propio negocio y mantenerlo, no solo le dará independencia económica (si lo maneja bien) sino también la satisfacción de ver realizados sus sueños. Recuerde, el éxito está reservado para aquellos que se atreven a recorrer esos caminos de alto riesgo que la gran mayoría evita. Todos los grandes empresarios de antes y actuales, decidieron tomar ese camino, es decir, decidieron arriesgarlo todo y ¡¡al final triunfaron!! Iniciar un negocio con un buen capital, definitivamente es mucho más fácil, pero también es posible iniciar un negocio con un presupuesto bajo y hacerlo exitoso.
Por experiencia propia, les puedo decir que no es tanto el dinero (capital inicial) que debe preocupar a uno en el principio, sino “la idea de negocio”. Esta idea debe de estar apalancada por sus conocimientos, su intuición, su dedicación, su pasión y sobre todo su determinación. Si usted no está determinado o convencido que va triunfar, no se meta a nada, mejor siga en donde está y ahórrese dinero y problemas.
Les contaré brevemente como Pastelería Lorena inició con $4 y cómo llegó a ser uno de los grupos empresariales más sólidos y más grandes del Oriente del País:
Somos originarios de un pequeño cantón en el municipio de El Tránsito, departamento de San Miguel. Crecimos en medio de algodoneras, milpas, vacas, chuchos, polvazones y todo eso bonito del campo. Eramos 5 hermanos (2 mujeres y tres varones), mi mamá y mi papá. Mi mamá fue una mujer emprendedora desde muy pequeña, era sumamente pobre pero “rebusquera” como se dice en buen salvadoreño. Mi papá era un agricultor en pequeño, conocido por su carácter emprendedor también y por sus conocimientos de agricultura y ganadería. Mi mamá estudió hasta sexto grado y mi papá hasta cuarto… Ambos dejaron de estudiar porque había que trabajar para sobrevivir.
De pequeña mi mamá aprendió a hacer “pasteles de chucho, enchiladas, yuca frita, tamales, pan y todas esas comidas típicas de los pueblos” para venderlos en el mercado de El Transito, esa era la forma de aportar a la casa para el sustento, tenia solo 9 años.
En plena guerra civil, nos vimos forzados a emigrar a la ciudad de San Miguel, tanto por la situación económica como por los peligros de la guerra en la zona. Con la ayuda de unos tíos, mis papás alquilaron una casa en la colonia Rio Grande, ahí fue el nacimiento de lo que mas adelante se convertiría en Grupo Lorena.
Era un 16 de Dic de 1981… ¡¡¡Ese día comenzó todo!!! con tan solo 34 colones ($4) y un enorme deseo de superarnos a pesar de haber dejado literalmente todo atrás. En cuanto nos instalamos, mi mamá empezó a hacer quesadillas y pastelitos de piña junto con mis hermanas y mi cuñada, y envió a Esperanza (la joven que nos ayudaba con las tareas de la casa) a vender a la colonia.
Mi hermana Lorena ya había aprendido a hacer pasteles, una de sus mejores amigas la inició en esto y ella siguió asistiendo a cursos en San Miguel y San Salvador. Lorena le enseñó a decorar pasteles a mi otra hermana y a mi cuñada… Mi mamá hacía el pan para los pasteles, mi papá se convirtió en el primer operario de la empresa y los hermanos varones éramos los encargados de ir a comprar lo que se necesitaba. Toda la familia trabajaba en el pequeño negocio.
El principio, como todos los negocios, fue difícil. Pasamos situaciones increíblemente duras, muchas veces no teníamos dinero ni para comprar materias primas para seguir adelante. En la tienda ni siquiera nos querían dar “fiado” un poquito de azúcar, harina o margarina. Nadie nos conocía y todo parecía cuesta arriba. Para terminar de rematar las cosas, como todo se hacia en el hornito de la cocina, entre una horneada y otra, mi mamá se quedaba dormida por el cansancio ¡¡y se le quemaba el pan!! Había que empezar de nuevo y ya con pérdida.
En San Miguel ya habían otras panaderías y pastelerías grandes y bien posicionadas, se nos hacía imposible competir con ellos pero en ese entonces, ni siquiera pensábamos en una estrategia de competencia o algo así. Lo que sí sabíamos era que teníamos un buen producto y confiábamos en los conocimientos y experiencia tanto de mi mamá como de Lorena. Mi papá siempre nos decía que debíamos de trabajar duro para un día llegar a ser una de las empresas mas grandes de San Miguel… Sinceramente, no sabíamos de donde mi papá había sacado eso y a nosotros los hermanos nos daba risa porque solo teníamos una empleada, ¡¡ni siquiera éramos una empresa!!
Cada año crecíamos un poco. El 5 de Dic de 1985 abrimos la primer sala de ventas en el zaguán de la casa con 6 banquitas de madera y siempre con la ilusión de seguir creciendo. En 1993 mis papás decidieron retirarse. Mis hermanos y yo heredamos la empresa con 18 empleados y una sola sala de ventas.
Un día, en una reunión de trabajo, decidimos que finalmente había llegado el tiempo de empezar a profesionalizarnos… Como presidente de la empresa, diseñé un plan de trabajo que duró 2 años. El plan no era la gran cosa, era simple. Consistía en prepararnos cada quién en lo que mejor sabía hacer, así mis hermanas, mi mamá y mi cuñada, se inscribieron en cursos de panadería y pastelería en varios países de América y Europa, se capacitaron en procesos de producción y manejo de plantas industriales. Mis hermanos y yo estudiamos maestrías en administración de empresas, administración de empresas familiares, administración de restaurantes, sistemas de control, manejo de inventarios y contabilidad básica.
En término de 3 años ya éramos cerca de 75 personas en la empresa y contábamos con 2 salas de venta. La operación empezó a sobrepasar nuestra capacidad administrativa, entonces contratamos asesoría empresarial y empezamos a traer profesionales a la empresa en puestos claves como: Recursos Humanos, Operaciones, Distribución, Compras, Producción, Contabilidad e Informática.
Actualmente Grupo Lorena cuenta con más de 1,000 colaboradores, 23 salas de venta de Pastelería Lorena en todo el Oriente del País, 4 de Tartaleta, 2 de Don Beto Restaurante, 1 Fontana Bar y Restaurante, Hotel Villa San Miguel y 2 estaciones de servicio Texaco.
¡Muchas personas piensan que tenemos suerte…! No saben que detrás de todo hay innumerables horas de trabajo, innumerables reuniones de planificación y grandes sacrificios.
Me gusta recalcar esto porque todo es posible si usted tiene sus metas bien trazadas. Más que dinero, necesita creer en usted mismo, en sus conocimientos, en su intuición, en sus corazonadas…. Todo inicio es difícil y muchas veces tiramos la toalla casi en el primer intento.
Si usted es un emprendedor se debe dar cuenta que los negocios son como los campeonatos de fútbol. La meta es ganarlo pero a veces perdemos algunos partidos y no por eso nos retiramos del campeonato. Lo que hacemos es darnos ánimo a nosotros mismos, entrenar más duro y cambiar la estrategia para el siguiente partido de tal manera que ganemos. Y resulta que al final, aunque perdimos algunos partidos, ganamos el campeonato… Así es la vida, así son los negocios: No todos se ganan, pero el propósito o la meta es ganarlos los más posibles y llegar a ganar el campeonato.
Finalmente, ¡mi papá tenia razón!… Si trabajábamos duro y con honestidad, si nos preparábamos, si nos manteníamos juntos, si nos respetábamos, si ayudábamos a nuestros colaboradores a mejorar su nivel de vida y si éramos justos en todo…. llegaríamos a ser una de las empresas más grandes de Oriente… ¡¡Y así fue!!
Espero que este nuevo post les inspire y ayude a conseguir sus objetivos. ¡No olviden comentar sus anécdotas, pensamientos o ideas!
¡¡Descúbrase a sí mismo!!
Gracias por leerme