EL LADO HUMANO DE LOS NEGOCIOS

¿Ha escuchado sobre la Responsabilidad Social Empresarial? En este artículo les contaré una anécdota de cómo Grupo Lorena pone en práctica la Responsabilidad Social y cómo usted puede ponerla en práctica en su vida.

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) tiene actualmente una gran relevancia en las empresas y en la sociedad, debido a que de muchas formas impacta positivamente en las empresas, en las relaciones con las comunidades y en la vida de sus propios colaboradores.

Generalmente se cree que la Responsabilidad Social (RS) solo aplica para empresas; por esa razón, los programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) son más conocidos que la Responsabilidad Social Individual (RSI).

Todo lo que hacemos en la vida, impacta de una u otra forma en la vida de los demás, por eso es importante que sus acciones sean buenas siempre. Cuando usted influye positivamente en las personas y esa influencia ayuda a que estas personas prosperen, usted sin darse cuenta, está ejecutado un programa de Responsabilidad Social Individual.

La RSI se puede poner en práctica de muchas formas, por ejemplo:

  • Reciclaje en su casa.

  • Ofrecerse de voluntario en las actividades de su comunidad.

  • Ser mentor de alguien.

  • Comprar productos locales.

Les comparto una interesante historia de cómo Grupo Lorena ha impactado en la vida de muchas personas y en la sociedad a travÉs de Su programa de RSE.

A mediados de 2012 tomamos la decisión en la empresa de sistematizar todo los procesos, desde compras, recepción de materiales, bodega, producción, despacho, etc. Esto requería que todos los involucrados en los procesos supieran leer e interpretar reportes, así como también, generar reportes de sus departamentos. Habían más de 850 personas en todas las empresas del Grupo en ese tiempo.

Cuando se inició el proceso de implementación, nos dimos cuenta que ¡Habían 18 personas en la empresa que no sabían leer ni escribir! Era un problema gravísimo y complicado porque era necesario que todos supieran leer y generar los reportes.

Dentro de ese grupo, habían personas que tenían 30 años de laborar con nosotros, otros 20, 18, 15, 9 y unos apenas 1 año… Nos enfrentamos no solo con un problema laboral, sino también moral.

Teníamos que tomar una decisión y solo habían dos alternativas. Una de ellas bien radical y la otra un poco complicada pero factible y eran las siguientes:

A) Despedir e indemnizar a estas 18 personas o
B) Enseñarles a leer y escribir, lo cual llevaría bastante tempo.

Pensamos en todo el tiempo que estas personas nos ayudaron y el esfuerzo que día a día hacían por lidiar en un mundo complicado para ellos sin saber leer o escribir. De igual forma aplicamos nuestro valor empresarial, “la regla de oro” y nos preguntamos: ”¿Que me hubiera gustado que hicieran conmigo si yo hubiera estado en esa situación?”

Entonces, decidimos hacer lo que nos hubiera gustado que hicieran con nosotros. Decidimos enseñarles a leer y escribir sin importar el tiempo que tomara.

El problema ahora era que necesitábamos un local y un/a maestro/a para iniciar con el nuevo proyecto, y debo de ser sincero… ¡¡No sabíamos ni cómo empezar!! No solo una vez me dije a mí mismo que cómo y de donde se me había ocurrido esa idea sin saber absolutamente nada… ¡Pero mi corazón me decía que debía de seguir con el proyecto y hacer algo por ellos!

En el Hotel Villa San Miguel, que es una empresa del Grupo, trabajan dos señoras a quienes yo en lo personal les tengo muchísimo aprecio y admiración: niña Romy y niña Marina, ambas arriba de los 60 años en ese entonces, al igual que Don Chemita que tiene 40 años de trabajar con la familia. ¡¡Ellos fueron las primeras personas en las cuales pensé!! Jamás hubiera tenido ni el valor ni el corazón de decirles que ya no podían seguir en la empresa por el hecho de no saber leer ni escribir. Pensaba que si hubiera sido mi mamá o mi papá, yo hubiera querido también que alguien les diera la oportunidad de seguir.

Le comenté de nuestros planes a la Gerente del hotel y me dijo que su mamá se acababa de retirar como maestra y que quizá ella nos podía ayudar. El siguiente día, ¡¡Ya teníamos maestra para nuestra nueva escuelita!! La maestra Maria Isabel Romero de Parada, se había ofrecido como voluntaria para enseñarles a todos a leer y escribir.

Alquilamos una casita cerca de la planta de producción y ahí improvisamos un aula. La equipamos y empezamos lo que cariñosamente le llamábamos “La escuelita”

La primera semana de clases fue algo increíblemente bonito, teníamos señores y señoras desde 35 hasta 65 años y todos estaban contentos. La maestra era feliz dando clases nuevamente también. Sin embargo, los problemas surgieron más temprano de lo que nos imaginamos.

Los alumnos empezaron a sufrir “bullying” (burlas) de parte de otros compañeros de trabajo y de sus vecinos en sus colonias. Entonces empezaron a faltar, de repente solo llegaban 5 a clases. La maestra inmediatamente nos alertó del problema y tomamos acciones, pero jamás íbamos a desistir de enseñarles a leer y escribir.

Otro de los grandes problemas que tuvimos, era que la mayoría tenía dificultades con la visión y necesitaban lentes porque no distinguían las letras del silabario.

Hicimos arreglos para que llegaran de una óptica a hacerle exámenes a todos ¡y les conseguimos lentes! Ya no podían poner eso como excusa para no ir a clase.

Para solucionar el problema de bullying, Reunimos a todos sus compañeros de trabajo y les explicamos el gran daño que sus burlas les estaban causando, también tuvimos que advertirles que el próximo que se burlara de ellos, ese día sería su último día de trabajo en la empresa. Para que se sintieran mas cómodos y con más confianza, les pedimos a los alumnos que si tenían vecinos o amigos que no supieran leer ni escribir, que los invitaran a la escuelita, que no importaba que no laboraran en la empresa pero que serian bienvenidos a aprender juntos. ¡Así logramos que todos regresaran y se nos unieron algunos invitados de ellos!

¡Cuando las personas tienen buena fé y tratan de ayudar a otros, Dios se encarga de lo demás!

La maestra Isabel, tomo la iniciativa de hablar con el Ministerio de Educación y les planteó nuestra situación. Inmediatamente ellos se pusieron en contacto con nosotros ¡¡Y nos ofrecieron todo su apoyo!! Nos presentaron un programa acelerado en donde los alumnos obtendrían su titulo de secundaria acreditado por el Ministerio de Educación.

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Un año después, 15 personas adultas se estaban graduando de secundaria y el Ministerio de Educación nos certificó como “La primer empresa de El Salvador libre de analfabetismo”.

En el acto de graduación estuvieron presentes las autoridades del Ministerio de Educación, invitados especiales y todos los familiares de los graduados.

Esta acción de RSE, no solo cambió la vida de 15 personas (y la de sus familias), sino que también les permitió mantener sus trabajos de años. Todos ellos fueron al DUI Centro a cambiar sus DUIs porque ¡Ahora ya sabían firmar!

Según ellos mismos cuentan, sus vidas cambiaron completamente. Ahora les ayudan a sus hijos o nietos con las tareas escolares, se informan diariamente leyendo los periódicos y siguen con los deseos de seguir aprendiendo.

La segunda etapa de este programa será enseñarles computación.

Gracias a niña Romy, niña Marina, Don Chema, la maestra Isabel y todos los alumnos, ahora Grupo Lorena cuenta con su propio “Centro de Formación Profesional” pues en eso se convirtió la escuelita cuando el programa de alfabetización terminó. No sé si lo hubiéramos hecho si no hubiéramos tomado la decisión de ayudar a estas personas.


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OTRAS MANERAS EN LAS QUE Grupo lorena se Ha COMPROMETIDO A LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

El programa de RSE también nos ha permitido ayudar a un gran número de niños a través del Hospital Regional de San Miguel. Desde la construcción del Hospital, el departamento de Pediatría había solicitado una Ludoteca (un área de juegos) para niños con enfermedades que permanecían internados por varios días, pero el presupuesto del Hospital nunca alcanzaba para eso.

En 2009 Grupo Lorena junto con la Fundación San Benito tomó la decisión de donar en un 100% la Ludoteca del Hospital. Su construcción terminó en Diciembre de 2013 y a la fecha se han beneficiado cientos de niños en el área de Pediatría.

Léa mas sobre esto aqui: https://historico.elsalvador.com/119098/inauguran-ludoteca-en-el-san-juan-de-dios.html

Queda abierta la invitación para que todos nos unamos y desarrollemos programas de Responsabilidad Social, ya sea empresarial (RSE) o individual (RSI) que incluya el medio ambiente, la salud, las personas más necesitadas y los animalitos.

Nuevamente, ¡gracias por leérme! Los invito a compartir en la sección de comentarios las maneras en las que ha practicado o quisiera poner en práctica la Responsabilidad Social Empresarial o Individual.

- Raúl